Viaje por los museos del ajedrez. Jesús Cabaleiro en periodistas-es.org
Fernando Santiago Muñoz | 2 de octubre de 2015
Los Museos de Ajedrez son una rareza. Se podrían dividir en tres categorías, los íntegramente dedicados al juego de los 64 escaques como el de Moscú y el de San Luis; los dedicados a un aspecto del juego como el referido únicamente a las piezas, como el de Rotterdam y los museos generalistas que contienen unas salas o algunas piezas históricas como el Museo Británico o el Etnográfico de Viena.
Todos los citados están abiertos al público y varios de ellos son gratuitos. Llama la atención que la gran mayoría son recientes y que varios se encuentran en pequeñas localidades y en lugares paradisíacos, ideales para echar una partida.
El primer Museo de Ajedrez de Rusia, con sede en Moscú, ha cumplido un año. Fue inaugurado el 25 de septiembre de 2014, tras seis años de trabajos, en las salas restauradas de la histórica Casa del Ajedrez en el bulevard Gogol 14, de la capital rusa.
Es curioso que en Rusia, país con millones de aficionados al ajedrez, no existiera museo alguno, y lo cierto es que el nuevo Museo es el sucesor de las instalaciones de lo que fue el existente en la entonces Unión Soviética, instalado en la Casa Central del Club de Ajedrez en los años 80.
El edificio que lo alberga tiene una larga y complicada historia, sus propietarios han sido aristócratas, comerciantes, coleccionistas y filántropos, y llegó a ver entre sus paredes al actor y director teatral Constantino Stanislavski (1863-1938), al cantante de ópera Fiodor Chaliapin (1873-1938) y al compositor Sergei Rachmaninov (1873-1943). En 1956, gracias al campeón mundial de ajedrez Mijail Botvinnik (1911-1995), el edificio fue donado al Club de Ajedrez de la URSS y desde entonces ha sido el epicentro del ajedrez del país. El museo de ajedrez tiene entrada libre y gratuita; está abierto de lunes a viernes.