Laura Vichera | 3 de julio de 2012 a las 8:13
Una vez despuntadas las berenjenas, las pelamos y se cortan en daditos pequeños que espolvoreamos con sal y dejamos en un escurridor una media hora para que suelten el jugo amargo.
A continuación, cortar los filetes en dos y, luego, los abrimos por la mitad a lo ancho, sin llegar a separar las dos mitades, como si fueran un libro. Salpimentar por dentro y por fuera y los reservamos en un plato.
Luego, enjuagar y escurrir bien las berenjenas. En una sartén con un hilo de aceite de oliva, rehogamos el ajo muy picado, procurando que no tome color. A continuación, incorporar las berenjenas, una pizca de orégano, sal y pimienta negra y pochar a fuego muy suave para que queden muy blanditas.
Una vez hechas, se vuelven a dejar en un escurridor y cuando se enfríen, las pasamos a un plato y machacamos con un tenedor. Añadir unas cucharadas de queso rallado, una pizca de pimentón y mezclar hasta que tengamos una masa bien trabada.
Rellenamos los filetes y los cerramos con un palillo. Los pasamos por huevo batido y pan rallado, presionando con las manos para que quede bien adherido. En el último momento, los freímos a fuego vivo, dándoles la vuelta con cuidado de que no se abran. Escurrir sobre papel absorbente y servir enseguida acompañados de una ensalada.