Laura Vichera | 11 de enero de 2015 a las 8:13
PARA EL RELLENO
Un ratito antes de montar la tarta, preparamos la masa para que pueda reposar el tiempo necesario antes del horneado. Tostar las avellanas y las picamos hasta dejarlas reducidas a polvo o en trocitos mínimos.
En un cuenco grande batimos la mantequilla con el azúcar glas, trabajamos con varillas eléctricas y cuando estén cremosos y bien mezclados, incorporar las avellanas y también la pizca de sal.
Luego, agregamos la harina tamizada con la canela y mezclar sin amasar demasiado. Formar una bola y dejamos en el frigorífico durante media hora aproximadamente. Forrar luego un molde con la masa bien estirada, pinchar el fondo y las paredes y se deja en el frigorífico de nuevo. Precalentar el horno a 200 grados.
Para el relleno, mezclar todos los ingredientes en un cuenco y trabajar con la batidora hasta obtener una crema lisa. Incorporar las semillas de anís y volcamos sobre el molde. Hornear durante diez minutos y bajar luego la temperatura a 160 grados y hornear durante cuarenta minutos.
Fuera del horno, dejamos enfriar del todo antes de desmoldar. Servir a temperatura ambiente y acompañar con helado de vainilla.