Sicilia griega, Magna Grecia
Ulyfox | 1 de julio de 2011 a las 19:00
Escribo las crónicas desde el recuerdo cercano. Hemos vuelto hace dos días de Sicilia, aún paladeando los deliciosos antipastos, susurrando la dulce lengua italiana y con los ojos tornados en color azul de tanto mirar ese cielo sin mancha.
Después de una esperanzadora tardenoche en la apasionante Palermo, iniciamos una apresurada salida en tren hacia Agrigento, en la costa sur, en busca del dórico que dejaron los griegos durante los muchos siglos en que esta tierra fue la Magna Grecia, colonizada por los expertos marinos que fueron los helenos. Aquí muchos templos son anteriores o contemporáneos del Partenón, y los hubo más esplendorosos, aunque ahora sólo queden evocadores restos en hermosos lugares como Selinunte, Segesta y la misma Agrigento. En dos horas de puntual tren llegamos a esta ciudad dorada, con un encantador centro medieval, empinado y estrecho y un Valle de los Templos cantado por los escritores románticos, empezando por Goethe.
El Valle dei Templi está pegado al pueblo, a unos dos kilómetros, y en realidad es una cornisa sobre la que se asientan los restos de hasta siete edificios dedicados a diferentes dioses. Desde la cornisa se tiene una gran vista del mar cercano y una horrorosa panorámica de Agrigento, rodeado de feísimos y altos bloques de pisos que demuestran que desde los griegos hasta aquí más bien hemos retrocedido en cuestión de estética. Se puede ir dando un paseo o en bus, pero nosotros elegimos el taxi por rapidez. Son diez euros hasta la entrada del recinto.
Empezamos a impresionarnos con la columnata dorada y perfecta del Templo de Hera, el situado en el lugar más alto, y desde el que se divisa una panorámica del extenso conjunto arqueológico. Le dimos una vuelta por aquí, otra por allá, al sol y a la sombra. El estilo dórico siempre da una sensación de perfección estética, sencilla y grandiosa a la vez. Proporcionados e imponentes, su culmen quizá sea el Partenón, pero estas columnas alineadas en Sicilia producen una emoción más cercana, menos grandilocuente. Si se tiene más sensibilidad que un mosquito o un directivo del FMI, su visión produce un suave y gustoso estremecimiento a la vez que se hincha el pecho.
Desde Hera, el descenso te lleva en primer lugar al símbolo de este lugar: el mejor conservado, el más fotogénico: el Templo de la Concordia, que se mantuvo en pie gracias a que fue reutilizado como iglesia durante siglos. Y sin embargo, misterios del alma humana, a mí me gustó menos. Se le notan demasiado los arreglos y eso le hace parecer más falso. No será eso, será que nos gusta que a un edificio con dos mil quinientos años se les noten los calendarios. Pero es bellísimo. El resto del recinto digamos que es más prescindible. Ni siquiera nos acercamos a ver (el calor no lo aconsejaba) el barrio helenístico. Teníamos ya bastante emoción en las almas.
Volvimos en autobús, alejándonos con el retrovisor puesto en las ruinas y lamentando que desde el agradable pueblo ya no se pueda divisar el conjunto, como antaño debía ocurrir, por culpa de esos bloques de pisos. Nos tomamos helado, trepamos hasta el Duomo, bajamos cientos de escalones, nos reparamos con una cerveza, cenamos prontito (trattoria Concordia, recomendabilísima) y nos fuimos a dormir al hotel contratado por dos noches, un bed&breakfast céntrico, limpio y de personal amabílísimo: el Antica Via ( http://www.lanticavia.it/ ). Fue un estupendo comienzo de la gira por la isla.
1 de julio de 2011 a las 7:26 pm | Enlace permanente
UAU. Sinónimo de oh.
1 de julio de 2011 a las 9:32 pm | Enlace permanente
Fofílico, probablemente no haya expresión para definirlo mejor que ese oh! tuyo. Es un tópico, pero en Sicilia sientes la Historia. Yo creo que sientes como la Historia no tiene interrupciones. Es difícil encontrar un lugar tan cargado de ella como esta isla. Vamos, dentro de lo que conocemos nosotros. Y un sitio incomparable para ver la magnitud que alcanzó la civilización griega a través del Mediterráneo. Sí, esos pobrecitos griegos.
1 de julio de 2011 a las 11:09 pm | Enlace permanente
Mañana me contaras en directo tus momentos sicilianos…
2 de julio de 2011 a las 9:19 am | Enlace permanente
Ahí estaremos… creo. Sicilia tiene tantas cosas que contar, y sobre todo que vivir.
25 de julio de 2011 a las 11:17 am | Enlace permanente
Son encantadores esos lugares, pero creo que la mayor parte de la maravilla la lleváis con vosotros, en vuestra forma de mirar. Felicidades.
25 de julio de 2011 a las 10:06 pm | Enlace permanente
¡¡Pedro!! Qué alegría volver a saber de ti. Aprovecha que ahora es época de vacaciones y si vienes por la Isla, llámanos. Lo difícil es que yo tenga un día libre, pero alguno puedo pillar.
De lo otro, Sicilia es objetivamente un lugar maravilloso. Es cierto que es fundamental en todos los sitios llevar el ánimo dispuesto a disfrutar. El mundo es demasiado sorprendente como para no sorprenderte.
Recuerda lo de quedar