Carmen Pérez | 30 de abril de 2018 a las 20:11
TRIBUNA ECONÓMICA, 13/4/2018
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, manifestaba este lunes, con motivo de la presentación del Anuario Joly 2018 en Sevilla, que estos últimos años Andalucía había cumplido los deberes. Desde luego, en materia de deuda pública autonómica, esta afirmación es completamente cierta. Y los buenos datos la han animado a pedir al ministro Cristóbal Montoro volver a financiarse en los mercados. Quiere ir retirándose de los programas de asistencia financiera que se han ido poniendo a disposición de las Comunidades Autónomas (CCAA) porque a éstas con la crisis les era imposible obtener financiación solas. Andalucía ha cumplido. La presidenta tiene toda la razón. Pero, cuando Montoro manifiesta que este asunto no puede plantearse como si fuera una pugna política, también la tiene.
La deuda andaluza, dentro del horror de endeudamiento generalizado en el que se encuentra el mundo, ha evolucionado mejor que la del resto de CCAA. Ha pasado de 14.793 millones de euros en 2011 hasta los 34.260 actuales, sólo el 11,9% de la deuda total autonómica. La evolución del ratio deuda/habitante ha ido mejorando comparativamente en los últimos años: cada andaluz debe 4.088 euros frente a los 6.206 euros que resultan de la media nacional autonómica. Los andaluces somos los menos endeudados de España.
Resulta muy positivo que la Junta se atreva a salir de la tutela estatal y recuperar la autonomía financiera. Y no hay motivos para que Montoro lo niegue. Los momentos de asfixia financiera pasaron y puede ser el momento adecuado para que Andalucía dé el paso. Lo que no está tan claro, por mucha estabilidad política que haya en Andalucía y sus buenas cifras -relativas- de déficit y deuda, que las condiciones que consiga en los mercados vayan a ser mejores yendo sola. No somos el País Vasco, que tiene presupuesto fijo e independiente. El rating andaluz estará siempre condicionado al de España.
Pero lo que resulta absurdo es plantear esta cuestión como una disputa entre partidos políticos. Es más, deberían plantearse con seriedad si es conveniente abandonar completamente la financiación de las autonomías por bonos españoles. Ahora, están tan sobrados de optimismo que hasta olvidan que llegaran nuevos shocks, y no les van a coger con los bajísimos niveles de deuda de 2011. En Europa defienden la emisión de eurobonos porque se considera que la estabilidad europea se conseguiría con la financiación al menos parcial de la deuda de cada Estado con el respaldo del conjunto. ¿Por qué no se aplica esta receta de forma interna? ¿O es que se aplaude cofinanciarse con italianos pero no con valencianos?
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