Laura Vichera | 6 de octubre de 2011 a las 8:13
La víspera, trocear el pollo, retirar la piel y la grasa, se enjuaga, se seca y pasamos a un cuenco con el ramillete de hierbas, unos granos de pimienta ligeramente machacados y cubrir con el vino. Tapar y dejamos en el frigorífico.
Al día siguente, escurrir muy bien los trozos de pollo, secamos con papel de cocina y salpimentar. Pasamos por harina y en la cazuela donde vayamos a prepararlo, calentamos unas cucharadas de aceite de oliva y vamos friendo por tandas, a fuego vivo para que queden bien dorados pero jugosos por dentro. Se sacan a una fuente y se reservan.
En el aceite que nos ha quedado pochamos, a fuego muy suave, las cebolletas cortadas en aros finos. Cuando se ablanden, agregar los dientes de ajo enteros y machacados y las zanahorias raspadas y cortadas en rodajas no muy gruesas. Subir un poquito el fuego y sofreír brevemente.
Pasados unos minutos, incorporar el pollo y el brandy. Flambear y cuando se evapore el alcohol, añadir el jugo de maceración con las hierbas, tapar y dejamos a fuego suave durante una hora y media.
Mientras, limpiar los champiñones y sin trocear, los salteamos con la mantequilla. Justo antes de apartar el guiso del fuego, se incorporan a la cazuela y sacudimos suavemente para que se mezclen con el pollo.