Laura Vichera | 8 de octubre de 2014 a las 8:13
La víspera, ponemos el bacalao a remojar, cambiándole el agua un par de veces. Luego, se enjuaga, secamos con papel de cocina y desmenuzamos. Montar las cuatro claras a punto de nieve fuerte con una pizca de sal y reservar en el frigorífico.
A continuación, separar la coliflor en ramitos y cocerla al vapor hasta que esté tierna, sin que quede demasiado blanda. La pasamos a un cuenco y machacamos ligeramente con un tenedor.
En una sartén con poquito aceite, rehogamos los dientes de ajo muy picados con la guindilla y saltear el bacalao, lo justo para que tome color. Apartamos y mezclamos con la coliflor. Precalentar el horno a 200 grados.
Después, en la misma sartén fundimos la mantequilla y rehogamos la harina. Cuando esté bien tostada agregamos poco a poco la leche y un vasito de caldo. Trabajamos con unas varillas hasta obtener una consistencia cremosa y sin grumos.
Fuera del fuego, añadir unas cucharadas de salsa de tomate y también unos tallos de cebollino picado y cuando se enfríe un poquito, añadir las yemas, una a una.
A la mezcla anterior, incorporamos la coliflor, el bacalao y las claras montadas, mezclar suavemente y volcar en un molde que habremos engrasado con mantequilla y espolvoreado con pan rallado. Hornear durante una hora aproximadamente.