Laura Vichera | 17 de enero de 2016 a las 8:13
Con ayuda de un cuchillo bien afilado, picamos los daditos de jengibre lo más pequeños posible y los pasamos a un cuenco grande. Añadimos a continuación la almendra molida y la ralladura de piel de naranja.
Luego, incorporar el sirope de agave, el zumo de naranja y el puré de almendra. Mezclar todo bien hasta que tengamos una masa homogénea y todos los ingredientes queden bien trabados.
Una vez hecha la pasta, tapar con film y dejamos en el frigorífico durante una hora para que quede más cuajada y podamos manipularla mejor.
Pasado este tiempo, con ayuda de dos cucharitas, sacamos porciones de masa y les damos forma con las manos, redondeándolas. Se van colocando sobre una bandeja forrada con papel sulfurizado y, cuando las tengamos todas, se dejan en el frigorífico para que endurezcan.
A continuación, fundir el chocolate al baño María, moviendo suavemente para que nos quede bien liso y cremoso. Dejamos templar un poquito y, con mucho cuidado, vamos cogiendo las trufas de almendra y las vamos bañando en el chocolate, procurando “pintarlas” por todas partes.
Una a una, se van colocando sobre otra lámina de papel sulfurizado y cuando se enfríen completamente, las vamos colocando en cápsulas de papel. Las conservamos en el frigorífico hasta el momento de servirlas.