Laura Vichera | 13 de diciembre de 2016 a las 8:13
Lo primero que tenemos que hacer es lavar los tomates y los cortamos en dos, a lo largo. Sobre una fuente forrada con papel de aluminio, los colocamos con la parte cortada hacia abajo. Agregar también una de las cebollas cortadas en tiras. Precalentamos el horno a 175 grados.
Por encima, añadimos una pizca de sal y pimienta y también un hilo de aceite de oliva. Hornear durante cuarenta y cinco minutos y dejamos enfriar dentro del horno. Luego, retirar las pieles y los reservamos en un cuenco.
En una cazuela amplia calentamos un chorrito de aceite de oliva con la mantequilla. Cuando funda, añadimos la otra cebolla muy picada y vamos moviendo, a fuego suave, hasta que se ablande.
A continuación, añadir las hebras de azafrán, el concentrado de tomate y mezclamos bien. Incorporar entonces los tomates y la cebolla asada, espolvorear el azúcar y rehogamos todo junto durante cinco minutos.
También añadimos un puñado de hojas de albahaca picadas, una pizca de sal y pimienta. Cubrir con el caldo caliente, mezclar bien y tapar la cazuela. Dejar cocer a fuego suave durante media hora.
Pasado este tiempo, dejamos templar y trituramos. Pasar por el chino, agregar la nata, rectificar de sal y pimienta y arrimar de nuevo al fuego. Servir muy caliente y adornar con unas hojas de albahaca y una cucharadita de nata por encima.