Laura Vichera | 30 de octubre de 2016 a las 8:13
Para empezar, vamos precalentando el horno a 170 grados con aire. En un cuenco, troceamos el chocolate y lo calentamos al baño María. Cuando esté fundido, dejamos templar y, poco a poco, incorporar la nata y la pasta de sésamo, sin dejar de mover con las varillas.
En otro cuenco, batimos enérgicamente los tres huevos con el azúcar hasta obtener una crema lisa y espumosa. Incorporar la harina tamizada con la levadura y añadimos luego la mezcla de chocolate. Mezclar suavemente y agregar, por último, las semillas de sésamo.
Luego, engrasar un molde redondo con algo de mantequilla y volcar la mezcla. Sacudir ligeramente para que no queden huecos y hornear durante media hora. Debe formarse una costra en la superficie pero debe quedar cremoso por dentro.
Una vez hecho, esperar a que se enfríe un poco para desmoldar. Espolvoreamos generosamente con azúcar glas y servir templado o a temperatura ambiente, para que conserve la cremosidad en su interior.
NOTA: El TAHINÉ (también llamado TAHINI o TAHINA) se encuentra en todas las grandes superficies y en tiendas de alimentación oriental. Está elaborada a base de semillas de sésamo tostadas y machacadas con aceite de oliva. Se utiliza tanto en platos dulces como salados. Es uno de los ingredientes del conocido HUMMUS o crema de garbanzos.
Laura Vichera | 31 de julio de 2016 a las 8:13
En un cazo ponemos a calentar la leche, a fuego muy suave, sin que llegue a hervir. Aparte, en un cuenco, batimos los dos huevos con las dos yemas y el azúcar. Batir con varillas hasta que queden bien mezclados.
A continuación, incorporamos la leche templada, poco a poco, y continuar batiendo. Volcar todo de nuevo en el cazo y poner a fuego suave.
Sin dejar de mover, continuamos calentando de modo que la crema vaya espesando y alcance la textura deseada. Retirar del fuego y dejamos templar.
Pasados unos minutos, incorporar la pasta de chocolate y mezclar enérgicamente con las varillas hasta que obtengamos una crema uniforme y bien trabada, lisa y sin grumos.
A continuación, cuando esté casi fría, incorporar las pepitas de chocolate y mezclar nuevamente. Volcar en un recipiente de silicona o de cristal y metemos en el congelador.
Con un tenedor, vamos moviendo cada media hora para que no se formen cristales y al cabo de tres horas, dejamos ya en el congelador hasta el momento de servir.
Cuando vayamos a sacar a la mesa, dejamos el helado en el frigorífico unos veinte minutos antes para que no esté demasiado duro. Servir en copas altas transparentes y acompañar con unas frutas rojas.
Laura Vichera | 26 de junio de 2016 a las 8:13
PARA EL RELLENO
Como esta masa debe reposar, la preparamos con cierta antelación. Tamizar la harina en un cuenco, hacemos un hueco en el centro y agregamos la mantequilla prácticamente fundida. Añadir también la ralladura de piel de naranja, la pizca de sal, la yema y el azúcar.
Vamos mezclando todos los ingredientes con los dedos hasta que queden bien trabados. Amasar luego hasta que la masa se despegue de las paredes del cuenco, formar una bola y envolver en film transparente. Dejamos reposar en el frigorífico durante media hora.
En otro cuenco, al baño maría, fundimos el chocolate. Aparte, en un cazo, calentamos la leche con la nata y dejamos templar un poquito. Poco a poco, las vamos incorporando al chocolate fundido, moviendo con varillas. Agregar el huevo batido y mezclar enérgicamente.
Luego, enharinar la mesa de trabajo y estirar la masa. La aplanamos con un rodillo hasta dejarla finita, de un grosor aproximado de medio centímetro. Engrasar un molde desmontable con algo más de mantequilla y espolvorear con una pizca de harina. Precalentar el horno a 180 grados.
Con cuidado de no romperla, colocamos la masa sobre el molde, presionando bien sobre las paredes. Pinchar el fondo y eliminar la masa sobrante por los bordes. Rellenar con la mezcla de chocolate y hornear unos cuarenta minutos, hasta que el relleno cuaje y la masa quede doradita.
Laura Vichera | 17 de enero de 2016 a las 8:13
Con ayuda de un cuchillo bien afilado, picamos los daditos de jengibre lo más pequeños posible y los pasamos a un cuenco grande. Añadimos a continuación la almendra molida y la ralladura de piel de naranja.
Luego, incorporar el sirope de agave, el zumo de naranja y el puré de almendra. Mezclar todo bien hasta que tengamos una masa homogénea y todos los ingredientes queden bien trabados.
Una vez hecha la pasta, tapar con film y dejamos en el frigorífico durante una hora para que quede más cuajada y podamos manipularla mejor.
Pasado este tiempo, con ayuda de dos cucharitas, sacamos porciones de masa y les damos forma con las manos, redondeándolas. Se van colocando sobre una bandeja forrada con papel sulfurizado y, cuando las tengamos todas, se dejan en el frigorífico para que endurezcan.
A continuación, fundir el chocolate al baño María, moviendo suavemente para que nos quede bien liso y cremoso. Dejamos templar un poquito y, con mucho cuidado, vamos cogiendo las trufas de almendra y las vamos bañando en el chocolate, procurando “pintarlas” por todas partes.
Una a una, se van colocando sobre otra lámina de papel sulfurizado y cuando se enfríen completamente, las vamos colocando en cápsulas de papel. Las conservamos en el frigorífico hasta el momento de servirlas.
Laura Vichera | 30 de noviembre de 2014 a las 8:13
En un cuenco de cristal, troceamos el chocolate y lo ponemos al baño María para fundirlo. Aparte, en otro cazo, calentamos la leche con la nata y la esencia de vainilla. Antes de que hierva, apartar y dejamos templar tapado.
Vamos moviendo el chocolate con varillas y cuando esté derretido, incorporamos, a cucharadas, la mezcla de leche y nata, sin dejar de mover para que todo quede completamente integrado. Dejamos reposar en el frigorífico.
En el mortero, machacamos los pistachos, dejándolos en trocitos y se saltean en una sartén, sin nada de grasa, hasta que queden tostaditos.
Luego, pelar las peras, retirar el corazón y las cortamos en dados medianos que rehogamos en una sartén con la mantequilla, el azúcar moreno, ralladura de piel de naranja y algo más de esencia de vainilla.
A fuego vivo, salteamos unos minutos, procurando que queden bien caramelizados. Dejamos enfriar en la misma sartén y luego, se reparten en cuatro copas altas que dejamos en el frigorífico hasta el momento de servir.
Unos minutos antes de sacar a la mesa, sacamos la crema de chocolate. Repartimos unas cucharadas sobre la compota de peras, adornar con los pistachos y acompañar con las tejas o las galletas de canela.
Laura Vichera | 28 de septiembre de 2014 a las 8:13
PARA EL MERENGUE
En primer lugar, abrir la vainilla por la mitad, a lo largo y raspar las semillas. Ponemos todo en un cazo con la leche, la esencia de almendras y la mitad del azúcar. Cuando comience a hervir, apartamos, tapamos y dejamos templar.
Al baño María, fundimos el chocolate, sin dejar de mover y cuando esté a punto, apartamos para que se enfríe un poquito. Montar las claras a punto de nieve fuerte con el azúcar glas y se dejan en el frigorífico.
Aparte, mezclamos las yemas con la harina de maíz y el azúcar restante y batimos hasta que tengamos una crema lisa y sin grumos. Le vamos agregando muy despacio la leche colada y ponemos al baño María.
Con las varillas y, lentamente, le vamos incorporando el chocolate y dejamos al fuego unos minutos más. Cuando comience a espesar, apartamos. Pasamos la crema por un colador para eliminar los grumos y la repartimos en cuencos. Dejamos enfriar del todo y pasamos al frigorífico.
Para los merengues, calentamos con la vainilla y cuando hierva vamos echando despacito las claras montadas a cucharadas, para que vayan cuajando. Cocemos durante un par de minutos, sacar con una espumadera y se dejan escurrir sobre un paño.
En el momento de servir colocar los merengues sobre las natillas y adornar con las almendras fileteadas.
Laura Vichera | 12 de enero de 2014 a las 8:13
Con un rallador grueso, sacar virutas de chocolate y se reservan en un cuenco. Luego, batimos los huevos con el azúcar y cuando tengamos una mezcla espumosa, incorporar la ralladura de piel de naranja con las cucharadas de zumo y la vainilla.
A continuación, incorporar la mantequilla cortada en trocitos pequeños y los fideos de chocolate. Vamos trabajando con varillas hasta que se integre todo bien.
Luego, tamizar la harina con la levadura y se van incorporando a la mezcla anterior y cuando la masa esté a punto, la pasamos a una manga pastelera y dejamos en el frigorífico durante una hora para que repose y quede más consistente.
Pasado este tiempo, precalentar el horno a 180 grados. Forrar una bandeja con papel sulfurizado y colocamos encima las cápsulas de papel y las llenamos dejando un tercio de los moldes libres para que no se derramen al cocer.
Antes de meterlas en el horno, adornar con una pizca de azúcar y hornear durante doce minutos. Una vez hechas, se sacan y las dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuando estén completamente frías, espolvorear con azúcar glas y se guardan en un recipiente hermético.
Laura Vichera | 8 de diciembre de 2013 a las 8:13
En primer lugar, engrasar un molde redondo, de paredes altas, con una pizca de mantequilla. Espolvoreamos con harina y sacudimos bocabajo. Dejamos en el frigorífico hasta el momento de hornear.
A continuación, montar las claras a punto de nieve fuerte, con una pizca de sal y las reservamos igualmente en el frigorífico.
Luego, en un cuenco grande diluímos la harina de maíz con un poquito de leche fría. Pelar los plátanos, retirar las hebras, trocearlos y machacarlos con un tenedor hasta que queden completamente triturados. Precalentar el horno a 180 grados.
Calentar el resto de leche a fuego suave y le agregamos el puré de plátano. Movemos despacito y le vamos añadiendo poco a poco el azúcar. Cuando esté todo bien caliente y se haya disuelto el azúcar, incorporamos la harina de maíz. Seguir moviendo y cocer hasta que la crema comience a espesar.
Apartamos y, pasados unos minutos, cuando esté templado, incorporamos las pepita de chocolate y la esencia de vainilla. Una a una, incorporamos las yemas y trabajar hasta que todo quede bien trabado.
Cuando esté casi frío, incorporar las claras montadas a cucharadas y movemos despacio para que no pierdan volumen. Volcar la mezcla en el molde sin llegar al filo, para que no se desborde al subir.
En el último momento, hornear durante veinte o veinticinco minutos. Espolvorear generosamente con azúcar glas y servir enseguida para que no baje.
Laura Vichera | 24 de noviembre de 2013 a las 8:13
En un cuenco al baño María ponemos el chocolate a fundir, movemos para que se vaya deshaciendo y luego, dejamos templar. Separar las claras y se montan a punto de nieve fuerte con una pizca de sal. Montar aparte la nata, incorporamos el chocolate cuando esté templado, mezclar bien y dejamos en el frigorífico, igual que las claras.
Aparte, en otro cuenco, batir las yemas con el azúcar restante y se trabajan con varillas eléctricas hasta que comiencen a blanquear. Añadir la esencia de vainilla y vamos agregando el queso Mascarpone a cucharadas.
A continuación, incorporar las peras cortadas en daditos y, cuando tengamos todos los ingredientes bien mezclados, incorporar las claras montadas poco a poco, mezclando suavemente para que no pierdan volumen y dejamos en el frigorífico.
En un cazo ponemos a calentar el café. Retirar del fuego cuando esté templado y volcar en un plato hondo. Vamos empapamos la mitad de los bizcochos y cubrimos con ellos una fuente rectangular, procurando que no queden huecos.
Sobre ellos, repartimos la crema de chocolate, extendiéndola bien para que cubra todos los bizcochos.
Luego, colocamos los bizcochos restantes, igualmente empapados en el café y por último, tapar con la crema de Mascarpone y peras. Sacudir la fuente para que no queden huecos y espolvorear con el cacao en polvo. Dejar en el frigorífico unas cuatro o cinco horas para que quede más compacto.
Laura Vichera | 18 de noviembre de 2012 a las 8:13
Una vez separadas las yemas, montar las claras a punto de nieve fuerte con un pellizco de sal y reservamos en el frigorífico.
En otro cuenco troceamos el chocolate, agregar la leche de coco y ponemos sobre una cazuela con agua, al fuego y vamos calentando al baño María, moviendo para que vaya deshaciéndose.
Con un cuchillo abrimos la vainilla, por la mitad a lo largo, raspamos las semillas del interior y las pasamos al mortero. Abrir también el cardamomo y machacamos todo junto.
Cuando tengamos una pasta, la incorporamos al cuenco que tenemos al fuego y mezclamos bien hasta que todo quede fundido. Luego apartamos y dejamos templar. Precalentar el horno a 180 grados.
Aparte, mezclar las yemas con el azúcar y añadir, a continuación, el yogur. Una vez mezclados, incorporamos la harina tamizada con la levadura. Luego agregar la mezcla de chocolate y leche de coco y cuando todo esté bien trabado, añadir las claras montadas y mover despacio para que no se bajen.
Por último, engrasar ligeramente un molde antiadherente y volcar la mezcla. Hornear durante treinta y cinco minutos aproximadamente. Comprobar que está cuajado antes de sacar del horno. Dejamos enfriar del todo antes de desmoldar y espolvoreamos generosamente con azúcar glas.