Laura Vichera | 23 de junio de 2017 a las 8:13
Una vez cocidos los garbanzos, se enjuagan y los dejamos en un escurridor. Retirar las capas exteriores de los bulbos de hinojo, desechar la parte leñosa de la base y los cortamos en tiras finas.
Luego, pelar los ajos y se machacan en el mortero con las semillas de hinojo, el jengibre pelado y rallado, la ralladura de piel de limón y un pellizco de sal y pimienta negra molida. Machacar hasta que tengamos una pasta y desleír con unas cucharaditas de caldo. Precalentamos el horno a 200 grados.
En una fuente honda volcamos los garbanzos y las tiras de hinojo. Añadimos una pizca de sal y pimienta negra molida, añadir el majado del mortero y también un hilo de aceite de oliva.
Si fuera necesario añadimos algo más de caldo, los piñones y unas hojas de culantro y perejil picados. Hornear durante media hora, moviendo un par de veces durante este tiempo para que los garbanzos no se sequen. Deben tostarse ligeramente por fuera pero quedar jugosos por dentro.
Pasado el tiempo de horneado, dejamos entibiar, probamos de sal y añadimos algunas hojas más de culantro ya perejil picados. Servir templado o a temperatura ambiente como entrante o como guarnición de algún plato de carne o pescado.
Laura Vichera | 16 de enero de 2017 a las 8:13
En el mortero, machacamos las semillas de culantro con los dientes de ajo. Escurrir los garbanzos y los pasamos a una ensaladera. Los machacamos con un tenedor hasta que tengamos una pasta.
Aparte, escurrimos el tofu, lo cortamos en daditos, los aplastamos y se mezclan con los garbanzos. A continuación, agregamos el majado de ajos y culantro, los dos huevos batidos como para tortilla, el comino, el pimentón y una pizca de sal y pimienta negra.
Poco a poco, mezclamos todo hasta obtener una pasta homogénea. Si vemos que estar demasiado suelta, espolvorear con una pizca de pan rallado. Por último, tapar con film y dejamos en el frigorífico durante media hora.
Pasado este tiempo, con la masa formamos bolitas que aplastamos luego para darle forma de tortitas de tamaño mediano. Justo antes de comer, calentamos unas cucharadas de aceite de oliva en la plancha o en una sartén grande y las doramos, durante tres o cuatro minutos, por cada lado.
Cuando estén bien doradas, por ambas caras se dejan escurrir sobre papel absorbente. Las servimos recién hechas, acompañadas de una ensalada o como guarnición de una carne o un pescado.
Laura Vichera | 16 de septiembre de 2016 a las 8:13
En un wok o en una cazuela amplia, calentamos un chorrito de aceite de oliva y rehogamos las cebolletas muy picadas, a fuego suave, para que se vayan ablandando. Pelar las gambas y retirar la vena dorsal, las enjuagamos y se reservan.
Pasados unos minutos, cuando el sofrito de cebolletas esté a punto, incorporar los dientes de ajo machacados y también el jengibre rallado, las especias. Agregar las semillas de culantro machacadas y los clavos de olor, una pizca de sal y pimienta. Mover sin cesar durante un minuto.
A continuación, añadir los garbanzos bien escurridos y los tomates rallados, mezclamos, tapar a medias y cocer a fuego suave durante cuarenta minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo, sacamos un par de cucharadas de garbanzos y los trituramos con la leche de coco. Se vuelven a incorporar a la cazuela para que el caldo espese.
Por último, añadir las gambas y la leche de coco. Sacudir suavemente y dejar al fuego un par de minutos más y dejamos que reduzca la salsa. Justo antes de apartar, añadir el culantro muy picado y mezclar bien. Servir muy caliente.
Laura Vichera | 19 de julio de 2016 a las 8:13
Enjuagamos los garbanzos y los ponemos a cocer con unos granos de pimienta y la hoja de laurel. Cubrimos con agua templada, agregar sal y un chorrito de aceite de oliva y cocemos en olla rápida. Una vez hechos, los volcamos en un escurridor y se dejan enfriar del todo.
Luego, limpiar las espinacas, retirar los tallos más duros y se pican muy menudas. Las enjuagamos y se pasan a una sartén, con un chorrito de aceite de oliva, los dientes de ajo y un buen puñado de hojas de culantro y perejil, todo muy picado.
Después de unos minutos a fuego suave, cuando se haya evaporado el jugo, incorporar el pimentón y el comino. Añadir también la ralladura de piel de limón y tres cucharadas de zumo.
Por último, incorporar los garbanzos, mezclar bien y dejamos al fuego hasta que reduzca todo el agua de las verduras. Añadir sal y pimienta y volcar en una fuente.
Cuando la ensalada se haya enfriado, incorporar las aceitunas, con hueso o no, según nos guste más y añadir una pizca más de aceite justo antes de sacar a la mesa.
Laura Vichera | 23 de febrero de 2016 a las 8:13
La víspera preparamos las patatas. Sin pelar, las limpiamos muy bien y se pasan a una cazuela con las cebollas y la parte blanca del puerro en juliana fina, el pimiento seco troceado y las otras dos hojas de laurel.
A continuación, añadimos medio vasito de aceite de oliva, las otras dos cucharadas de vinagre, el pimentón y ocho dientes de ajo machacados con su piel. Agregar un vaso de agua, tapar y cocer a fuego suave hasta que estén tiernas. Cuando estén templadas, se pasan a una fuente, cubiertas con su adobo y dejamos reposar unas horas.
También la víspera, ponemos los garbanzos en remojo. En el momento de prepararlos, enjuagar los garbanzos y los cocemos en una olla con una hoja de laurel, la parte verde del puerro y unos granos de pimienta negra.
Por último, agregar sal y un hilo de aceite de oliva, cubrir con agua templada y cocer hasta que estén tiernos. Una vez hechos, y queden “al dente”, se escurren, retiramos el laurel y el puerro y los colamos. Dejamos templar.
En una sartén grande, calentamos un chorrito de aceite de oliva y doramos los otros dos dientes de ajo muy picados. Incorporar los garbanzos hasta que se vayan dorando.
Luego añadimos las patatas escurridas, damos una vueltas para que se mezclen con los garbanzos y mojar con unas cucharadas del jugo del adobo. Servir templado.
Laura Vichera | 2 de febrero de 2016 a las 18:05
La víspera tenemos los garbanzos en remojo. En el momento de prepararlos, se enjuagan bien y los pasamos a una olla. Agregar la cebolleta y la zanahoria limpias y cortadas en trozos grandes.
También agregamos el ramillete de tomillo y laurel, una pizca de sal, un chorrito de aceite de oliva y cubrir con agua fría. Cocer hasta que la legumbre esté tierna.
Mientras, limpiamos las setas, retiramos la parte final del pie, se enjuagan, las secamos con papel de cocina y se cortan en cuartos o en láminas.
En una sartén amplia, calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva y vamos rehogando, a fuego medio, dos dientes de ajo muy picados hasta que vayan tomando color. Incorporar las setas y la guindilla, subir un poquito el fuego y saltear. Apartamos.
Cuando los garbanzos estén a punto, los escurrimos de su agua, retiramos las hierbas y las verduras y volcamos nuevamente en la cazuela. Agregar las setas y cubrir con el caldo de verduras. Sacudir suavemente para que todo quede bien mezclado y cocer a fuego suave unos diez minutos más todo junto.
Servir bien caliente y agregar unas gotas de aceite de oliva crudo sobre cada uno de los platos.
Laura Vichera | 9 de noviembre de 2015 a las 8:13
En una olla ponemos la parte verde del puerro, las dos zanahorias raspadas y cortadas en trozos grandes, los garbanzos remojados y escurridos, las ramitas de apio, limpias de hebras y un chorrito de aceite de oliva. Agregar también la hoja de laurel, una pizca de sal y pimienta y cubrir con agua templada. Cocer hasta que estén tiernos.
Mientras, en una sartén, preparamos un sofrito con el puerro picado en tiras muy finas, a fuego suave. Cuando esté blandito, incorporar los ajos laminados y las hebras de azafrán. Rehogar todo junto hasta que los ajos comiencen a tomar color y volcamos en un cuenco.
Luego, retirar la corteza a la panceta, cortamos en tiras y luego en daditos. En la misma sartén, sin nada de aceite, salteamos hasta que queden tostados y crujientes. Se escurren y los dejamos sobre papel absorbente.
Cuando los garbanzos estén tiernos, retirar parte del agua de cocción y retirar también la hoja de laurel. Agregar un par de vasos de caldo de verduras. La cantidad de caldo dependerá de cómo queremos la crema, más líquida o más espesa.
A continuación, añadimos también el sofrito de puerro y las cucharadas de nata. Triturar hasta obtener una crema fina que luego pasamos por el chino. Servir bien caliente, adornar con algunas hebras de azafrán y acompañar con los daditos de panceta.
Laura Vichera | 28 de septiembre de 2015 a las 8:13
PARA EL MAJADO
Para empezar, enjuagamos y escurrimos los garbanzos del agua de remojo. Los ponemos en la olla, con unos granos de pimienta y la hoja de laurel. Cubrimos con agua templada y cocemos hasta que estén tiernos.
En una sartén grande, freímos el pan y uno de los dientes de ajo pelados. Cuando estén doraditos, incorporar unas hojas de culantro y los piñones, vigilar para que no se quemen. Sacar todo bien escurrido al mortero y machacar con los granos de comino, las hebras de azafrán y la cucharadita de vinagre.
Luego, en la misma sartén, rehogamos los otros dos dientes de ajo picados y la cebolleta cortada en tiras finas. Pasados unos minutos, agregamos los calabacines, despuntados y sin pelar, cortados en rodajas no demasiado finas. Cuando comiencen a tomar color, agregamos el pimentón y algo más de culantro muy picado.
Una vez tiernos los garbanzos, se pasan a una cazuela, incorporamos el majado de piñones y el sofrito de calabacín. Cubrir con caldo de verduras, sacudir suavemente la cazuela, rectificar de sal y cocer a fuego suave unos quince minutos, moviendo de vez en cuando para que nos quede un caldo bien trabado.
Laura Vichera | 30 de diciembre de 2014 a las 8:13
Una vez remojados, enjuagar y escurrir los garbanzos y se pasan a una olla con la hoja de laurel y unos granos de pimienta. Añadir sal y un chorrito de aceite de oliva.
Luego, cubrimos con agua templada, ponemos a fuego fuerte y cuando comiencen a hervir, bajamos el fuego y cocemos hasta que estén tiernos. Una vez cocidos, se vuelcan en un escurridor y se dejan enfriar.
En un wok, preparamos un sofrito con las cebolletas muy picadas. Cuando estén blanditas, incorporar la calabaza en dados. Saltear a fuego vivo procurando que no se deshaga, incorporar la guindilla, volcar en un cuenco y reservar.
A continuación, en la misma sartén, agregar una pizca más de aceite de oliva y saltear los dientes de ajo laminados. Cuando comiencen a tomar color, sin que estén dorados del todo, incorporar los garbanzos y el tomillo desmenuzado. Subir un poquito el fuego y vamos moviendo para que se tuesten.
Cuando todo esté bien doradito, incorporar la calabaza y saltear todo junto. Justo antes de apartar, agregar las dos cucharadas de vinagre y mezclar a fuego vivo.
En una sartén aparte, freír la chistorra troceada, la escurrimos sobre papel absorbente y se reparte sobre los garbanzos a la hora de sacar a la mesa.
Laura Vichera | 17 de noviembre de 2014 a las 8:13
Después de tener los garbanzos en remojo durante toda la noche, se enjuagan bien y se pasan a una cazuela grande con el hueso de jamón, la cebolleta, los tallos de apio limpios y enteros, el laurel y una pizca de sal. Cubrimos con agua templada y ponemos al fuego hasta que estén tiernos, procurando que no se ablanden demasiado porque luego terminarán de hacerse.
En una cazuela amplia, calentamos un chorrito de aceite de oliva y rehogamos el diente de ajo muy picado. Incorporar las setas limpias y cortadas en trozos grandes y se saltean, a fuego vivo, hasta que suelten todo el agua.
Luego, machacar en el mortero el otro diente de ajo con unos granos de pimienta y las hebras de azafrán. Agregar el pimentón y una pizca de sal, desleír con unas cucharadas de caldo y reservar.
Cuando los garbanzos estén tiernos, los colamos, retiramos el hueso de jamón, el apio y la cebolleta y se incorporan a la cazuela con las setas. Agregar el majado y damos unas vueltas todo junto.
Luego, añadir caldo templado, en cantidad suficiente y, cuando comience a hervir, añadimos los fideos. Sacudir la cazuela para que se mezclen bien y dejar al fuego hasta que estén hechos. Servir muy caliente.