Laura Vichera | 12 de marzo de 2017 a las 8:13
En un cuenco, troceamos el chocolate y lo fundimos al baño María. Mantenemos templado mientras, en otro cuenco tamizamos la harina con la levadura, agregar el azúcar y la pizca de sal.
Cuando todo esté bien mezclado, incorporar la mantequilla cortada en daditos y agregar también las tres yemas y la esencia de vainilla. Vamos trabajando con la punta de los dedos hasta obtener una masa bien trabada y sin grumos.
A continuación, dividimos la masa en dos y a una de las partes añadimos el chocolate fundido y volvemos a amasar. Luego, colocamos cada una de las masas entre dos láminas de film transparente.
Con el rodillo vamos estirando hasta dejarlas de un espesor más o menos de dos o tres milímetros. Sin retirar el film, las pasamos al frigorífico y dejamos reposar una media hora.
Pasado este tiempo, precalentamos el horno a 150 grados. Retirar el plástico y colocar las dos masas una sobre otra, procurando que queden del mismo tamaño.
Luego, enrollar formando un cilindro que cortamos en rodajitas, más o menos de un centímetro y medio de grosor. Las vamos colocando sobre una bandeja forrada con papel sulfurizado, separadas unas de otras y las aplastamos un poquito con el dorso de una cuchara humedecido.
Por último, hornear durante quince minutos y una vez hechas, las dejamos enfriar sobre una rejilla antes de guardarlas en una caja hermética.
Laura Vichera | 5 de febrero de 2017 a las 8:13
PARA EL RELLENO
Siempre es conveniente preparar la masa de las crêpes con antelación para que repose. En un bol grande tamizamos la harina con la sal y hacemos un hueco en el centro, incorporamos los huevos batidos, la vainilla y la sal.
Poco a poco, vamos agregando la leche y la mantequilla fundida y trabajamos bien con las varillas eléctricas. Pasamos la masa por un colador, tapar y dejamos reposar un par de horas a temperatura ambiente.
Para el relleno, cortamos la piña en daditos y los pasamos a una sartén con la mantequilla y las dos vainas de vainilla abiertas por la mitad a lo largo. Les raspamos el interior con un cuchillo para separar las semillas y mezclamos todo con la fruta.
Luego, espolvorear el azúcar moreno y poner a fuego medio, agitando suavemente la sartén para que se funda la mantequilla y la piña se vaya caramelizando. Cuando tenga un color dorado, apartamos y reservar.
Por último, engrasar una sartén y cuando esté muy caliente, vertemos un cucharón de masa y extendemos. Cuando empiecen a salir burbujas, le damos la vuelta y cocemos por el otro lado. Las vamos colocando en un plato, una sobre otra y cubrimos con papel de aluminio para que no se enfríen.
Sobre cada una de las crêpes colocamos unas cucharadas de piña caramelizada y las doblamos en cuatro o en forma de rollito. Servir enseguida y acompañar con helado de vainilla.
Laura Vichera | 31 de enero de 2017 a las 8:13
Para empezar, limpiamos la carne de grasa y la cortamos en dados de tamaño mediano. Pelar las chalotas y las picamos muy menudas. Raspar y despuntar las chirivías y las zanahorias y se cortan en rodajas.
Con la punta de un cuchillo abrimos la vainilla, en dos, a lo largo y sacamos las semillas. Se reservan en un cuenco y conservar también las vainas vacías.
En una cazuela honda, calentamos un chorrito de aceite de oliva y rehogar los dados de carne salpimentados. Sofreír a fuego vivo y, un par de minutos después, añadir las chirivías y las zanahorias y también los clavos de olor, los granos de pimienta rosa y el azafrán. Saltear todo junto unos cinco minutos.
A continuación, cubrir con el caldo y añadimos las semillas y las vainas de vainilla. Sacudir la cazuela, tapamos y cocer a fuego suave durante una hora y media, comprobando de vez en cuando por si fuera necesario agregar algo más de caldo o de agua.
Pasado el tiempo de cocción, desleír la harina de maíz en un vasito de caldo o de agua fría, emulsionar bien para que no tenga grumos y la agregamos a la cazuela sin dejar de mover. Damos un último hervor todo junto, sin tapar, y dejamos reposar fuera del fuego antes de servir.
Laura Vichera | 29 de enero de 2017 a las 8:13
En primer lugar, pelamos las mandarinas y las ponemos enteras en una cazuela con agua hirviendo. Mantener al fuego durante tres cuartos de hora.
Mientras, engrasar un molde con una pizca de mantequilla y espolvorear el interior con harina. Sacudimos bocabajo para eliminar la harina sobrante y lo dejamos en el frigorífico. Precalentar el horno a 180 grados.
Pasado el tiempo de cocción de las mandarinas, las sacamos y dejamos enfriar. Las cortamos en dos, a lo ancho, sobre un plato para poder aprovechar el zumo.
Con la punta de un cuchillo retiramos las semillas y las pasamos al vaso de la batidora o el robot con el zumo que han soltado. Triturar a velocidad alta hasta obtener un puré.
En un cuenco batimos los huevos con el azúcar hasta que queden bien trabados y tengamos una crema espesa. Añadir luego la vainilla, la levadura y también los pistachos molidos.
Por último, incorporar el puré de mandarinas y acabar de mezclar. Volcar en el molde, sacudir para que no queden huecos y hornear durante una hora y cuarto.
Acabado el tiempo de cocción, sacamos el bizcocho que debe quedar húmedo. Dejamos enfriar dentro del molde y luego desmoldamos sobre una fuente y espolvorear con azúcar glas.
También podemos adornar con algunos pistachos troceados o con unos gajos de mandarina pelados.
Laura Vichera | 22 de enero de 2017 a las 8:13
Con la punta de un cuchillo abrimos la vainilla por la mitad, a lo largo. Raspamos las semillas y lo pasamos todo a un cazo con la leche. Arrimar a fuego suave y antes de que comience a hervir, apartamos y dejamos enfriar tapado.
Luego, precalentar el horno a 200 grados. Limpiar la calabaza y la cortamos en daditos. Los colocamos sobre una bandeja forrada con papel de aluminio y “cerramos” con otra hoja de papel para que no se escape el vapor. Hornear durante veinte minutos.
Cuando la calabaza esté cocida, machacar con un tenedor y pasamos a un escurridor para que suelte todo el agua y se vaya enfriando. Una vez fría, pasamos la calabaza a un cuenco y agregamos la almendra molida, el azúcar y la harina tamizada.
Poco a poco, añadimos la leche colada y la mantequilla. Vamos trabajando todo para que se vayan mezclando los ingredientes. Agregar el agua de azahar y los huevos, uno a uno, sin dejar de mover.
Por último, bajar la temperatura del horno a 180 grados. Volcar la mezcla en un molde ligeramente engrasado y hornear durante cuarenta y cinco minutos.
Pasado este tiempo, pinchar con un cuchillo para comprobar que está cuajado. Sacar del horno y dejamos enfriar. Luego, pasamos al frigorífico donde lo dejaremos un mínimo de cuatro horas.
Laura Vichera | 6 de noviembre de 2016 a las 8:13
PARA LA SALSA DE CARAMELO
La víspera preparamos el caramelo. En un cazo, a fuego suave y, sin mover, deshacemos el azúcar. Cuando comience a caramelizar, incorporamos la mantequilla en trocitos y a continuación, añadimos la nata, poco a poco, moviendo con varillas para que queden bien integrados y no se formen grumos. Dejar cinco minutos más al fuego y apartamos.
Antes de que se enfríe del todo, volcar en un tarro, tapamos y dejamos en el frigorífico. Bien cerrado, podemos conservarlo durante un mes.
Para la crema mezclamos la harina de maíz con el azúcar y la pizca de sal. Desleír con un vasito de leche fría y trabajar con varillas para evitar los grumos.
A continuación, incorporamos el resto de la leche y la vainilla y pasamos a un cazo. Sin dejar de mover, arrimar al fuego y cuando comience a hervir, mantener al fuego tres o cuatro minutos más. Apartar, dejamos templar y agregamos las yemas.
Luego, poner nuevamente a fuego lento y mantener dos o tres minutos más, sin dejar de mover, hasta que comience a espesar. Cuando se haya enfriado un poquito, pasamos al frigorífico y dejar durante una hora como mínimo.
En el momento de servir, pelar los plátanos y los cortamos en daditos o en rodajas finas que mezclamos con la crema. Servir en copas o en cuencos y adornar con unas cucharadas de salsa de caramelo.
Laura Vichera | 12 de junio de 2016 a las 8:13
En un cazo ponemos a calentar la leche y la leche de coco. Con un cuchillo bien afilado, abrimos la vainilla a lo largo, raspar las semillas y ponemos todo a calentar, a fuego muy suave, moviendo de vez en cuando.
Cuando comience a hervir, apartar del fuego y dejamos reposar tapado, así se mezclarán mejor los sabores. Mientras, preparamos el resto de ingredientes. Precalentamos el horno a 150 grados.
En un cuenco cascamos los huevos con y los batimos enérgicamente, con varillas eléctricas o manuales hasta que queden bien espumosos. Agregar poco a poco el azúcar y unas gotas de vainilla y continuar batiendo.
A continuación, cuando la mezcla de leche y leche de coco se haya enfriado, la pasamos por un colador y la vamos incorporando poco a poco al cuenco con los huevos. Incorporar también el ron.
Una vez integrados todos los ingredientes, volcar en un molde redondo o alargado y hornear al baño maría durante cuarenta minutos. Pasado este tiempo, pinchar el centro del flan con un cuchillo para comprobar que está cuajado. Apagar el horno y dejamos enfriar dentro.
Cuando el flan esté completamente frío, lo pasamos al frigorífico durante, al menos, cuatro horas, para que quede bien cuajado. En el momento de servir, volcar sobre una fuente, espolvorear generosamente con el coco y adornar con las hojas de hierbaluisa.
Laura Vichera | 8 de mayo de 2016 a las 8:13
En primer lugar, engrasar un molde redondo, mejor desmontable, con algo de mantequilla y espolvorear con una pizca de harina. Sacudir bocabajo y reservamos en el frigorífico mientras preparamos la masa del pastel. Precalentamos el horno a 170 grados.
En un cazo ponemos agua a hervir y escaldar las almendras unos minutos, lo justo para que se les separe la piel. Las refrescamos con agua fría y las pelamos. Las secamos con papel de cocina y las fileteamos.
A continuación, en un cuenco grande, batimos los huevos con el azúcar y trabajar con varillas hasta que la mezcla quede blanquecina y espumosa.
Hecho esto, añadimos la esencia de vainilla y la mantequilla muy banda, casi fundida. Agregar a continuación la harina tamizada con la levadura y la pizca de sal.
Sobre el molde volcamos la mitad de la masa. Pelar las peras, retirar el corazón y las cortamos en gajos que colocamos de forma ordenada sobre la masa.
Para terminar, cubrir con la masa restante y repartir por encima las almendras fileteadas. Hornear durante treinta y cinco minutos procurando que no se queme.
Antes de sacar del horno, dorar ligeramente la superficie. Servir templada y acompañar con una cucharada de helado de vainilla.
Laura Vichera | 15 de enero de 2016 a las 20:59
Cuando hayamos quitado la piel al pollo, separar los contramuslos y los muslos y limpiamos bien de grasa. Enjuagar y secamos con papel de cocina. Salpimentamos y reservar.
En una cazuela amplia y baja, calentamos un chorrito de aceite de oliva y dorar el pollo a fuego vivo, moviendo para que quede bien hecho por todas partes. Sacamos a un plato.
Luego, en la misma cazuela, dorar las cebollas cortadas en aros finas y pochar a fuego suave. Agregar el jengibre pelado y rallado, la canela, la vainilla abierta por la mitad, a lo largo y unos granos de pimienta rosa.
Una vez pochadas las cebollas, incorporar nuevamente los trozos de pollo, agregar las hebras de azafrán y un buen puñado de culantro picado. Mojar con el caldo templado, sacudir la cazuela y tapamos. Cocer a fuego medio unos cuarenta y cinco minutos.
Pasado este tiempo, retirar los trozos de pollo de la cazuela y los pasamos a una fuente donde los mantenemos calientes. Incorporar las peras peladas y cortadas en dados y las doramos unos minutos con el sofrito.
En el momento de servir, repartimos el sofrito y las peras alrededor del pollo y servir muy caliente acompañado de cuscús al vapor.
Laura Vichera | 10 de enero de 2016 a las 8:13
En una sartén, sin nada de aceite, tostar ligeramente los piñones sin que se doren demasiado. Los sacamos y se reservan. En el mortero, machacamos ligeramente las semillas de hinojo.
A continuación, en un cuenco, mezclamos la mantequilla con el azúcar y batir con varillas eléctricas hasta que tengamos una crema lisa y bien trabada.
Luego, añadimos la harina tamizada, la vainilla y la sal. Continuar mezclando y agregar luego las semillas de hinojo y el huevo batido. Trabajar suavemente hasta mezclar todo bien.
Por último, incorporar los piñones y formar un rulo con la masa, aproximadamente de cinco centímetros de diámetro. Envolver en film transparente y dejar en el congelador durante una hora aproximadamente. Precalentar el horno a 170 grados.
Pasado el tiempo de reposo, sacamos la masa del congelador y la vamos cortando en rodajas con ayuda de un cuchillo bien afilado. Se van colocando las galletas sobre una bandeja forrada con papel sulfurizado, separadas unas de otras.
Con el dorso de una cuchara mojada, las aplastamos ligeramente y horneamos durante quince minutos, vigilando la cocción para que no se doren. A la salida del horno deben quedar blanditas. Se dejan enfriar sobre una rejilla, espolvoreamos con azúcar glas y luego las guardamos en una caja hermética.